Cómo conservar adecuadamente los medicamentos ante una ola de calor
Con el inicio de los meses estivales, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios advierte sobre las buenas prácticas en la toma y la conservación de los fármacos, que están debidamente contrastadas con anterioridad a su comercialización. De hecho, la duración y las condiciones de conservación de cada medicamento quedan establecidas en función de los resultados de los ensayos previos de estabilidad.
Sin embargo, hay que adoptar precauciones ante picos de temperaturas y para ello es indispensable atender a la conservación de los medicamentos. A este respecto, es necesario leer atentamente el prospecto del medicamento, documento que aclarará las condiciones en las que debe conservarse el mismo. Además, en las cajas suelen aparecer las condiciones especiales de conservación, que habitualmente oscilan entre los 2 y los 8ºC y los 25 o 30ºC. En caso de que algún fármaco carezca de esta información, significa que la conservación debe hacerse a temperatura ambiente de un clima continental.
Dentro del conjunto de medicamentos y diferentes especialidades y formas farmacéuticas se pueden contemplar necesidades diferentes de conservación. Este es el caso de vacunas, insulinas, algunos colirios y las suspensiones, que una vez preparadas, son medicamentos termolábiles. Así lo indica un asterisco incluido en envases y prospectos.
Algunas formas farmacéuticas, como supositorios, óvulos o cremas, son bastante sensibles a temperaturas elevadas, aunque en estos casos es relativamente fácil reparar en su estado a través de su apariencia. En general, hay que adoptar precauciones ante cualquier producto que muestre variaciones en su apariencia exterior. Si aparece visiblemente modificado no debería ser consumido, pues esta alteración puede indicar una modificación de las propiedades del medicamento.