Cuidados para pieles grasas y acnéicas
En todo ritual de belleza hay una serie de pasos esenciales a seguir: limpieza, tratamiento, hidratación y protección. Esta rutina es esencial para el bienestar de la piel, también es importante seguir todos los pasos del ritual a pesar de tener una piel grasa y/o acnéica, adaptando los cosméticos elegidos para el tipo de piel y no eliminando pasos para evitar “sobreengrasar” la piel.
Las personas con piel grasa tienden a lavarse sólo la cara sin aplicar cremas después, pues sienten que la piel les brilla. En muchas ocasiones en las que además hay acné, la limpieza es además excesiva, con jabones fuertes y exfoliantes, y además se suelen aplicar cremas de tratamiento para el acné en la totalidad de la piel y no sólo en el forúnculo. Nada más alejado del tratamiento correcto y saludable para una piel grasa.
La piel necesita, entre otras cosas, dos cosas esenciales: grasa y agua. Por suerte, nuestra piel sabe producir grasa gracias a las glándulas sebáceas, siendo estas las responsables de nuestro tipo de piel: la piel seca produce poca grasa, la piel mixta produce diferentes niveles de grasa según la zona de la cara y la piel grasa produce mucha grasa. Pero resulta que nuestra piel no sabe hacer agua, y que el agua que bebemos llegue en suficiente cantidad a la piel, es difícil. Además, la piel también pierde agua por el proceso de evaporación y la transpiración, con lo cual es esencial que apliquemos agua sobre nuestra piel con un vehículo adecuado para que esta pueda hidratar las capas más profundas.
Cuando lavamos una piel grasa con un jabón agresivo quitamos la grasa en profundidad además de la flora simbiótica que nos protege. La piel, desnuda y desprotegida, si no se la hidrata y protege justo después, se defiende como sabe: haciendo más grasa. Por eso una piel grasa que se lava pero no se hidrata produce más grasa, y en consecuencia, puede aparecer más acné.
El acné además va estrechamente relacionado con la flora natural de la piel, con lo cual los jabones agresivos que maten esta flora favorece el crecimiento de hongos y bacterias no saludables que irritan e infectan la piel. Por eso las pieles grasas tienen que usar jabones sin detergentes.
Los tratamientos antibióticos y a base de ácido salicílico son estupendos para el acné, pero solo aplicado en la zona del forúnculo. Estas cremas aplicadas sobre la piel no infectada, la irritan, la escuecen y la predisponen a la infección. Con lo cual hay que ser cautelosos a la hora de aplicarlas.
En resumen, para que una piel grasa con tendencia a acnéica luzca libre de brillo e imperfecciones, es esencial seguir los siguientes pasos y en este orden: limpieza adecuada con jabones sin detergentes, tratamiento puntual de las imperfecciones e hidratación de la totalidad de la cara con una crema hidratante específica para pieles grasas.