Vacuna de la gripe: cuándo, dónde y cómo te la tienes que poner

Por culpa de la gripe, cada año mueren en España entre 2.000 y 3.000 personas, una cifra que se podría reducir a la mitad con una correcta implementación de la vacuna antigripal. Resolvemos las principales dudas sobre este medicamento y su administración.

¿Quién se debe vacunar frente a la gripe?

La vacunación se recomienda fundamentalmente para las personas con alto riesgo de sufrir complicaciones en caso de padecer la gripe, y para las personas en contacto con estos grupos de alto riesgo ya que pueden transmitírsela. La vacuna de la gripe es imprescindible  para evitar complicaciones graves en pacientes respiratorios crónicos, así como en niños muy pequeños y ancianos.

¿Quién no debe ser vacunado?

  • Las personas con alergia al huevo, con hipersensibilidad a las proteínas de huevo o que hayan tenido una reacción alérgica severa a una vacunación anterior con vacuna de la gripe.
  • Los niños menores de 6 meses.
  • Si se tiene una enfermedad aguda con fiebre alta debe esperarse hasta que esta situación remita.

¿Cuándo debe administrarse la vacuna?

Según un estudio de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), es mejor vacunarse por la mañana porque el sistema inmune responde mejor a la vacuna y la protección es mayor.

La fecha de comienzo de la campaña vacunal viene determinada por la época en que habitualmente comienza a circular el virus, que suele ser a mediados de septiembre y mediados de octubre. La vacuna comienza a hacer efecto aproximadamente a las dos semanas de su aplicación, por lo que conviene no demorarse en la vacunación, si bien la vacunación puede seguir siendo de alguna utilidad administrada más tardíamente.

¿Por qué hay que vacunarse cada año?

Los anticuerpos producidos en respuesta a la vacunación antigripal van disminuyendo con el tiempo y pueden no ser suficientes para garantizar la adecuada protección al año siguiente de la vacunación. Además, el proceso evolutivo normal del virus de la gripe incluye una serie de variaciones antigénicas menores que suponen una diferencia en un pequeño número de aminoácidos en las proteínas hemaglutinina y neuraminidasa. La consecuencia de estas pequeñas variaciones es que la vacuna antigripal debe ser modificada anualmente adaptándola a las cepas que se estima circularán en cada temporada. En este punto juega un papel fundamental la vigilancia nacional e internacional de la gripe, que tiene como objetivo fundamental caracterizar adecuadamente los virus circulantes y su difusión entre la población.

¿Cuántas dosis de vacuna es necesario administrar?

Según el Ministerio de Sanidad, la vacuna antigripal debe ser administrada en una única dosis excepto para los niños que no han recibido ninguna dosis, en los que se recomiendan dos dosis con un intervalo de 4 semanas.

¿Cuántas dosis de vacuna es necesario administrar?

La vacuna antigripal debe ser administrada en una única dosis excepto para los niños que no han recibido ninguna dosis, en los que se recomiendan dos dosis con un intervalo de 4 semanas.

¿Dónde hay que acudir a vacunarse?

Las personas incluidas en los grupos a los que se recomienda la vacunación se le administrará la vacuna de forma gratuita en los centros de salud. Serán vacunados en sus domicilios aquellos pacientes de riesgo que no puedan acudir a su centro. Se administra también la vacuna en las residencias de ancianos y en aquellos servicios sanitarios que traten a pacientes de riesgo. Algunas empresas facilitan la vacunación a sus empleados.

¿Puedes contraer la gripe a pesar de vacunarte?

El Ministerio de Sanidad recuerda que la mayoría de las vacunas frente a la gripe no pueden provocar la enfermedad porque están compuestas por virus muertos no contagiosos. Si una persona sufre en los días posteriores a la vacunación un cuadro de vías respiratorias altas no esta relacionado con la administración de la vacuna antigripal.

¿Cuáles son los riesgos al recibir una vacuna de gripe?

El riesgo de que la vacuna antigripal cause un daño grave es extremadamente pequeño, sin embargo, como con cualquier medicamento puede dar lugar a reacciones serias.

El efecto secundario mas frecuente tras la administración de la vacuna es escozor y/o dolor en el lugar de la inyección. Estas reacciones locales suelen durar menos de 48 horas y rara vez interfieren con la vida normal de los vacunados.

Las reacciones tales como fiebre, malestar o dolores musculares pueden aparecer tras la vacunación y son mas frecuentes en niños de menos de 12 años y vacunados por primera vez. Estas reacciones se inician en las primeras 6-12 horas y suelen persistir 1-2 días.

 

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Es importante también vigilar los niveles de glucosa en sangre (las enfermedades cardiovasculares son responsables del 60% de todas las muertes en personas con diabetes), el nivel de presión sanguínea -la hipertensión es uno de los factores de riesgo más extendidos-, tu Índice de Masa Corporal (IMC) y los niveles de colesterol. Y además, es fundamental mantenerse físicamente activo, realizando como mínimo 30 minutos de actividad física moderada cinco veces a la semana, y abandonar el tabaco si eres fumador

¿Sabías que si cuidáramos nuestra salud con unos hábitos saludables podríamos conseguir que las enfermedades cardiovasculares dejaran de ser la primera causa de muerte en el mundo? Pequeños cambios en nuestra vida cotidiana como comer y beber de forma más sana, hacer ejercicio y abandonar el tabaco conseguirían reducir los 17,5 millones de muertes anuales prematuras por enfermedad cardiovascular. Sin embargo, si continuamos con nuestro estilo de vida actual se calcula que esa cifra no solo no descenderá sino que alcanzará los 23 millones de muertes anuales en el año 2030.

 

 

Dolor de garganta, tos, fiebre ¿es gripe o resfriado?

Con la llegada del Otoño bajan las temperaturas, y comenzamos a notar síntomas como dolor de garganta, tos e incluso fiebre. Pero ¿cuándo sabremos si padecemos un catarro o una gripe? Conocer las diferencias entre el resfriado común o la gripe ayudará a aplicar el tratamiento idóneo y evitar mayores complicaciones, como puede ser una neumonía.

El resfriado común o catarro es una infección viral leve del sistema respiratorio superior, causada principalmente por rinovirus y coronavirus, que se cura en pocos días sin dejar secuelas. Los síntomas más comunes son congestión nasal, dolor de cabeza y de garganta, tos y una sensación de malestar general. La fiebre puede durar entre 1 y 2 días.

Sin embargo, la gripe es una infección vírica que afecta principalmente a la nariz, la garganta, los bronquios y, ocasionalmente, los pulmones. La infección dura generalmente una semana y se caracteriza, a diferencia del catarro, por la aparición súbita de fiebre alta, dolores musculares, cefalea y malestar general  importante, tos seca, dolor de garganta y rinitis, problemas que suelen obligar al enfermo a quedarse en cama. La fiebre es constante durante todo el tiempo y, además, pueden llegar a aparecer vómitos y diarreas, entre otras molestias.

Para reconocer si estamos ante una u otra enfermedad es conveniente conocer la diferencia de los síntomas. De esta forma, no confundiremos la gripe con el catarro. El estado de ánimo del paciente es fundamental para saber si se trata de gripe, ya que esta última produce un mayor malestar en el paciente, desánimo, desgana y agotamiento. Mientras que en el catarro esto no sucede.

No hay cura para un resfriado o para la gripe. Los antibióticos no sirven para tratar los virus, aunque sí existen unas medidas generales para combatir los síntomas de ambas enfermedades, como beber suficiente cantidad de líquidos, guardar reposo y utilizar un humidificador para limpiar las vías respiratorias. Los analgésicos, antitusígenos o descongestionantes pueden ayudar a aliviar, aunque será el médico quien deba indicar cuál es el más conveniente y las dosis necesarias. Para el tratamiento de la gripe se pueden administrar antivíricos, que deben ser tomados dentro de las primeras 48 horas de la infección para que sean eficaces, pero lo único que se consigue es que la infección sea más leve.

 

¿Sufres del síndrome del ojo seco?

Se estima que entre el 10 y el 20 por ciento de la población adulta presenta en mayor o menor medida síntomas relacionados con el ojo seco. Se trata de una alteración que se produce en la superficie de la córnea y la conjuntiva por falta de lágrima o porque ésta es de mala calidad. La superficie del ojo no está bien lubricada, lo que puede dar origen a molestias oculares, problemas visuales y lesiones en la córnea y la conjuntiva.

Se produce cuando la glándula lagrimal no segrega suficiente lágrima para mantener el ojo lubricado adecuadamente.

Las causas más comunes de este síndrome son:

  • La disminución de la secreción debida a la edad es la causa más habitual.
  • Cambios hormonales en las mujeres (embarazo, consumo de anticonceptivos orales, y menopausia)
  • Los factores ambientales, especialmente en entornos con mucha evaporación (viento, aires acondicionados, calefacciones, etc.)
  • La lectura prolongada, ya que se reduce el parpadeo, con lo que la lágrima no se distribuye correctamente y aumenta su evaporación.
  • Algunas enfermedades sistémicas (síndrome de Sjögren, artritis reumatoide, lupus eritematoso, etc.).
  • El uso de lentes de contacto.
  • Algunas enfermedades cicatrizantes de la superficie ocular (como conjuntivitis vírica severa).

El síndrome del ojo seco causa irritación, escozor, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño o arenilla en la superficie ocular, además de fatiga o pesadez en los párpados o lagrimeo.

El lagrimeo excesivo se debe a una inadecuada e insuficiente lubricación ocular. Nuestro organismo se protege “inundando” la superficie del ojo con lágrimas de baja calidad que no aportan los nutrientes y protectores necesarios.

¿Cómo se puede prevenir?

La detección y tratamiento precoz resultan esenciales para la mejora y prevención del daño ocular. Existen algunas medidas útiles para evitar la sequedad ocular ocasionada por causas ambientales:

  • No exponerse a corrientes de aire que favorecen la evaporación de la lágrima.
  • Evitar la sequedad ambiental mediante el uso de humidificadores.
  • Protegerse de la polución ambiental.
  • Forzar el parpadeo varias veces al día y limpiar las glándulas lagrimales a menudo con una toallita.

¿Cuál es su tratamiento?

Las lágrimas artificiales y pomadas lubricantes ayudan a controlar la sequedad e irritación.

Si con este tratamiento no disminuyen los síntomas, existe la opción de preservar las lágrimas de la persona afectada, mediante el bloqueo de los conductos lagrimales.

¿A qué edad se manifiesta?

No se manifiesta a una edad concreta. Aunque las personas mayores y las mujeres en fases de cambio hormonal tienen más riesgo de padecerlo.

Síntomas

Irritación, escozor, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño o arenilla en la superficie ocular, fatiga o pesadez en los párpados o lagrimeo.

El síndrome de ojo seco es la afección ocular más común. Afecta aproximadamente a un 20% de nuestra población, porcentaje que se dispara hasta un 75% en el grupo de personas mayores de 65 años. Los músculos del párpado permiten pestañear unas 20.000 veces al día.

Los altos niveles de colesterol en sangre pueden aumentar o acelerar el riesgo de padecer determinadas patologías oculares. Del mismo modo que el colesterol se acumula en las paredes de los vasos sanguíneos del cuerpo, también lo hace en las de los ojos, provocando una disminución de la oxigenación de los tejidos oculares.

Para prevenirlo, es fundamental llevar una vida sana, siguiendo una dieta equilibrada y baja en grasas y realizando ejercicio físico regular, además de evitar otros hábitos perjudiciales, como el tabaco o el consumo no moderado de alcohol.