La alimentación ayuda a recuperar el ritmo después de las vacaciones
Recuperar el ritmo después de las vacaciones no es nada fácil. Atrás dejamos días de sol, playa, montaña y sobre todo reloj fuera y alimentación menos controlada.
Al terminar las vacaciones nos reincorporamos al trabajo y los más jóvenes vuelven a la escuela. Coger otra vez la rutina, estableciendo horarios más rígidos nos cuesta.
Una de las cosas que cambian son las comidas. En verano son más frescas y ligeras, aunque también nos decantamos por los helados y bebidas frías azucaradas que son agradables para esta época. Las frutas propias del verano, como la sandía, contienen gran proporción de agua que favorece la hidratación frente a las altas temperaturas.
Nunca debemos olvidar que la alimentación debe ser siempre saludable y tiene que cubrir las necesidades del organismo.
Cada época posee alimentos propios que aportan los nutrientes necesarios de una manera variada y adecuada a la estación en la que estemos. Una dieta equilibrada debe ser satisfactoria y elaborada en función de los hábitos y la gastronomía de la zona. Hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas y minerales son nutrientes que deben estar, junto con el agua, presentes en la dieta.
El cambio estacional y la vuelta a la rutina nos hacen sentir un poco cansados y estresados. Conviene incluir en nuestra dieta alimentos como pasta, arroz, legumbres o patatas, que aportan energía y son pobres en grasas. Tampoco deben faltar las vitaminas y los minerales, recordando que el estrés puede influir en su pérdida.
Además, debemos de tener en cuenta que la ingesta debe ser en cantidades adecuadas de acuerdo con la edad y el estado fisiológico de la persona.
Las frutas, las verduras y las hortalizas son una fuente importante de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra (vitamina C, ácido fólico, vitamina E, beta-caroteno, zinc, calcio, magnesio). Así, las naranjas, las mandarinas, los limones, los kiwis y los pimientos son ricos en vitamina C; mientras que las almendras, las avellanas y los aguacates lo son en vitamina E. Por su parte, contienen zinc el marisco y los cereales integrales, entre otros alimentos.
Vivimos en un país excelente para cubrir todas esas necesidades. Recuerda que la dieta mediterránea es ideal también en otoño, y sobre todo para comenzar y hacer este importante cambio de ritmo. Esta dieta, acompañada de actividad física, es un buen modelo para comenzar esa acomodación necesaria tras el parón vacacional.
Por último, recordarte que existen complementos nutricionales que también serán útiles para que termines de hacer ese cambio de ritmo y afrontar el cambio estacional y la vuelta al trabajo en unas perfectas condiciones.