ojo seco

¿Sufres del síndrome del ojo seco?

Se estima que entre el 10 y el 20 por ciento de la población adulta presenta en mayor o menor medida síntomas relacionados con el ojo seco. Se trata de una alteración que se produce en la superficie de la córnea y la conjuntiva por falta de lágrima o porque ésta es de mala calidad. La superficie del ojo no está bien lubricada, lo que puede dar origen a molestias oculares, problemas visuales y lesiones en la córnea y la conjuntiva.

Se produce cuando la glándula lagrimal no segrega suficiente lágrima para mantener el ojo lubricado adecuadamente.

Las causas más comunes de este síndrome son:

  • La disminución de la secreción debida a la edad es la causa más habitual.
  • Cambios hormonales en las mujeres (embarazo, consumo de anticonceptivos orales, y menopausia)
  • Los factores ambientales, especialmente en entornos con mucha evaporación (viento, aires acondicionados, calefacciones, etc.)
  • La lectura prolongada, ya que se reduce el parpadeo, con lo que la lágrima no se distribuye correctamente y aumenta su evaporación.
  • Algunas enfermedades sistémicas (síndrome de Sjögren, artritis reumatoide, lupus eritematoso, etc.).
  • El uso de lentes de contacto.
  • Algunas enfermedades cicatrizantes de la superficie ocular (como conjuntivitis vírica severa).

El síndrome del ojo seco causa irritación, escozor, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño o arenilla en la superficie ocular, además de fatiga o pesadez en los párpados o lagrimeo.

El lagrimeo excesivo se debe a una inadecuada e insuficiente lubricación ocular. Nuestro organismo se protege “inundando” la superficie del ojo con lágrimas de baja calidad que no aportan los nutrientes y protectores necesarios.

¿Cómo se puede prevenir?

La detección y tratamiento precoz resultan esenciales para la mejora y prevención del daño ocular. Existen algunas medidas útiles para evitar la sequedad ocular ocasionada por causas ambientales:

  • No exponerse a corrientes de aire que favorecen la evaporación de la lágrima.
  • Evitar la sequedad ambiental mediante el uso de humidificadores.
  • Protegerse de la polución ambiental.
  • Forzar el parpadeo varias veces al día y limpiar las glándulas lagrimales a menudo con una toallita.

¿Cuál es su tratamiento?

Las lágrimas artificiales y pomadas lubricantes ayudan a controlar la sequedad e irritación.

Si con este tratamiento no disminuyen los síntomas, existe la opción de preservar las lágrimas de la persona afectada, mediante el bloqueo de los conductos lagrimales.

¿A qué edad se manifiesta?

No se manifiesta a una edad concreta. Aunque las personas mayores y las mujeres en fases de cambio hormonal tienen más riesgo de padecerlo.

Síntomas

Irritación, escozor, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño o arenilla en la superficie ocular, fatiga o pesadez en los párpados o lagrimeo.

El síndrome de ojo seco es la afección ocular más común. Afecta aproximadamente a un 20% de nuestra población, porcentaje que se dispara hasta un 75% en el grupo de personas mayores de 65 años. Los músculos del párpado permiten pestañear unas 20.000 veces al día.

Los altos niveles de colesterol en sangre pueden aumentar o acelerar el riesgo de padecer determinadas patologías oculares. Del mismo modo que el colesterol se acumula en las paredes de los vasos sanguíneos del cuerpo, también lo hace en las de los ojos, provocando una disminución de la oxigenación de los tejidos oculares.

Para prevenirlo, es fundamental llevar una vida sana, siguiendo una dieta equilibrada y baja en grasas y realizando ejercicio físico regular, además de evitar otros hábitos perjudiciales, como el tabaco o el consumo no moderado de alcohol.

 

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