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Síndrome metabólico: causas, síntomas y tratamiento

El síndrome metabólico se caracteriza por la presencia de una resistencia de las células a la acción de la insulina, una hormona producida por el páncreas. Eso significa que se necesita más insulina de la normal para que el cuerpo continúe funcionando y para conservar el azúcar de la sangre en un nivel saludable.

Este hecho lleva asociados trastornos del metabolismo del azúcar, cifras elevadas de presión arterial, alteraciones lipidicas (exceso de triglicéridos en la sangre, aumento del colesterol total, descenso del colesterol-HDL) y exceso de grasa (sobre todo alrededor de la cintura).

La importancia del síndrome metabólico radica en el riesgo elevado de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes que presentan las personas que la tienen. La causa exacta del síndrome no se conoce, pero entre los factores que contribuyen a hacerlo aparecer se encuentran la genética y una serie de condicionamientos ambientales como la obesidad, la falta de ejercicio, una dieta hipocalórica rica en grasas y azúcares y el tabaquismo.

El riesgo de presentar el síndrome se produce cuando los niveles de grasa están altos además del azúcar, y la presión arterial. De hecho, se consideran factores de riesgo:

– Obesidad abdominal (perímetro de cintura) superior a 102 cm en hombres y a 88 cm en mujeres.
– Triglicéridos superiores a 150 mg/dl.
– Colesterol-HDL inferior a 40 mg/dl en hombres y a 50 mg/dl en mujeres.
– Presión arterial igual o superior a 130/85 mm Hg .
– Glucosa en ayuno superior a 110 mg/dl.

Si usted presenta tres ó más de estos factores de riesgo, puede tener síndrome metabólico. Esta alteración se manifiesta fundamentalmente en el tejido adiposo, el hígado y el músculo esquelético.

La posibilidad de tener el síndrome metabólico aumenta a medida que la gente envejece. La mayoría de las personas que la tienen se sienten saludables y es posible que no presenten síntomas. Sin embargo, están en riesgo de desarrollar enfermedades graves, como la diabetes ó problemas cardiovasculares.

La mejor forma de empezar a solucionar esta situación es aumentando la actividad física y bajando de peso. Hacer periódicamente tomas de glucosa y colesterol, es también una buena forma. En caso necesario, se utilizan medicamentos para tratar los factores de riesgo, como la presión alta o un nivel elevado de azúcar o grasa en la sangre.

Consejos a seguir para evitar en lo posible este problema:

– Mejorar la dieta, teniendo cuidado con los alimentos enriquecidos con azúcar como los dulces, los helados y las bebidas azucaradas.
– Adquirir el peso ideal y aumentar la actividad física.
– Supervisar la presión arterial, la glucosa, el colesterol y los triglicéridos.
– Tratar la diabetes, el exceso de lípidos en la sangre y la presión arterial como el médico le haya indicado.
– Algunos medicamentos pueden afectar a la sensibilidad de la insulina. Ante cualquier duda, consulte con su farmacéutico.
– Si piensa que tiene factores de riesgo para el síndrome metabólico, hable con un especialista.

Hacer periódicamente tomas de glucosa y colesterol, es también una buena forma de controlar el síndrome metabólico, así como la toma de la tensión arterial.

No olvidemos que todos los factores están relacionados y si podemos controlar uno, los demás podrán modificarse, por eso el control es sumamente importante.

Obesidad infantil, la gran pandemia actual

Estudios recientes alertan del aumento de las tasas de sobrepeso y obesidad infantil en España y Europa, un problema que los profesionales del sector sanitario, califican como «la gran pandemia» de la época actual.

Esta afirmación es inquietante por las implicaciones de salud que conlleva, algunas de ellas graves, ya sea de forma inmediata o posteriormente en la edad adulta. El riesgo principal de la obesidad infantil a corto plazo es la aparición de hipertensión arterial y la elevación de los niveles de triglicéridos en sangre, dos problemas que pueden derivar en enfermedad cardiovascular.

Asimismo, existe riesgo de sufrir diabetes tipo II no insulinodependiente, que es la forma de diabetes propia de la edad adulta y que hasta ahora era muy extraño encontrar en la infancia.

Los hábitos alimenticios se aprenden en edades muy tempranas, y adquirirlos correctamente conducirá a una mejor prevención de la obesidad. Todos los alimentos están permitidos si se toman con moderación. Evidentemente, algunos, más calóricos que otros, tendrán que tomarse en cantidades limitadas, como es el caso de las salsas de acompañamiento, los embutidos, los productos de pastelería… En cuanto a las bebidas, deberá aplicarse el mismo criterio. En caso de sed, hay que beber agua; cualquier otra bebida será permitida sólo de forma extraordinaria.

El índice de masa corporal (IMC) es el indicador aceptado internacionalmente para calcular un exceso de grasa en los adultos y la fórmula es una sencilla ecuación -kg/m2-, de la que se puede extraer el grado de gravedad de la obesidad.

En el caso de los niños, se considera que un menor tiene sobrepeso cuando el IMC se encuentra por encima del percentil 85, obesidad si sobrepasa el 95 y obesidad mórbida si supera el percentil 99.

Son muchas las causas que convergen para que España sea «el país con mayor prevalencia de obesidad infantil en toda Europa», con un crecimiento «mucho más rápido» que el de EEUU en los últimos veinte años, al pasar del 30 % al 65 % de tasa de obesidad infantil, asegura.

En cuanto a las causas, el 95% de los casos de obesidad infantil responden a una predisposición, a causas genéticas y al ambiente. Hay factores como la alimentación, la escasa actividad física y la inactividad, y considera estas dos últimas como independientes, ya que a consecuencia de la inactividad o el «ocio pasivo», además de no gastar energía se consumen «alimentos que no siempre son saludables».

Obesidad infantil

Existe un «gradiente norte-sur» que hace que «los países del sur de Europa», principalmente España y Portugal, cuenten con una mayor prevalencia de obesidad, a pesar de constar con sus reconocidas «dietas atlántica y mediterránea». Por comunidades autónomas, son también las del sur de España, como Andalucía, Murcia o Canarias, las que cuentan con «más gruesos».

Por otro lado, las investigaciones indican que la obesidad es una enfermedad social, dado que las mayores prevalencias de obesidad se dan en los niveles –
Aunque se pensaba que con la crisis las familias volverían a las comidas tradicionales, vemos que van a las calorías más baratas, mientras que los alimentos que más aumentaron su precio son los más saludables.

Los niños obesos pueden presentar problemas en las articulaciones, especialmente en las rodillas, que aguantan un peso que no corresponde a su edad, y también en la piel, porque se producen rozamientos y estrías que en situación de peso normal no aparecerían.

La obesidad también tiene en ellos sus repercusiones psicológicas, pues hay que tener en cuenta la posibilidad de ser el centro de las burlas de los compañeros, por la poca preparación en los deportes o por las dificultades que tiene para vestirse. Frente a estas situaciones, el niño obeso puede encontrar consuelo únicamente en comer más, y entrará así en un círculo vicioso.

Si el niño mantiene estos principios en su alimentación y los acompaña de la práctica regular de cierto nivel de actividad física, seguramente conseguirá mantener un peso adecuado a su talla. Todo ello conlleva tiempo, paciencia y una fuerte motivación por parte del niño y la familia. Sólo un comportamiento alimenticio y un modo de vida equilibrados servirán para luchar eficazmente contra su obesidad.

La obesidad infantil «tiene consecuencias a largo, medio y corto plazo», hay que abogar por una «concienciación colectiva» de que nos encontramos ante «un problema difícil y de larga solución» que, no obstante, es «reversible siempre».

He tenido bulimia durante años ¿me puedo hacer carillas?

untitledMediante un acuerdo de colaboración con el Colegio de Higienistas de Madrid, publicaremos de manera periódica noticias sobre el sector. En esta ocasión, nos resuelven las dudas sobre las carillas cuando hemos tenido bulimia.

Si el problema de bulimia está totalmente solucionado, se pueden poner carillas perfectamente.
 No obstante, si el grado de pérdida del esmalte en la cara posterior de los dientes superiores, que son los más afectados por el ácido es muy grande, será necesario hacer coronas con objeto de proporcionar a los dientes un nuevo recubrimiento de porcelana para sustituir a la gran cantidad de esmalte perdido.

La bulimia suele afectar en menor medida a los dientes inferiores puesto que están protegidos por la lengua.
 Por esta razón, si el caso lo requiere, estos dientes inferiores se pueden blanquear permitiendo así elegir un color más claro para las carillas superiores.

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Soluciones para las piernas cansadas

El aumento de temperatura provoca que la sangre circule peor y se acumule en las piernas, intensificando la sensación de pesadez y cansancio. El 30% de los adultos españoles se ven afectados por los síntomas de la insuficiencia venosa crónica.

Con la llegada del calor y las estaciones menos frías, los problemas de circulación de la sangre, especialmente de las extremidades inferiores, se agudizan. Así, el aumento de las temperaturas agrava los síntomas habituales de la insuficiencia venosa crónica (IVC), y las personas afectadas, generalmente mujeres, sienten en esta época del año las piernas más cansadas, hinchadas y congestionadas.

Las paredes de las venas de todo el cuerpo contienen unas válvulas diminutas que impulsan la sangre hasta el corazón. Pero si las venas pierden elasticidad y se deforman, estas válvulas no cierran bien, y la sangre, atraída por la fuerza de la gravedad, se acumula en las piernas. Con la llegada del calor, las paredes de las venas se dilatan aún más de lo usual, lo que provoca una mayor acumulación de sangre y retención de líquidos en las extremidades inferiores. Esto se traduce en una sensación de pesadez y cansancio en las piernas, más intensa en el caso de pacientes de insuficiencia venosa crónica, cuyos síntomas afectan a un 30% de los adultos en España, según datos del Capítulo Español de Flebología.

Se trata de una enfermedad benigna y controlable. No representa una amenaza grave para la salud, si bien es cierto que puede ser incapacitante y afectar a la calidad de vida personal y laboral de los enfermos. La época estival, además de repercutir más negativamente en la circulación, puede causar también malestar a los pacientes debido a las alteraciones estéticas que se producen en las piernas. De hecho, la manifestación más habitual, y a veces dolorosa, de este problema son las varices: dilataciones y alargamientos de las venas.

Junto al calor, existen varios factores que favorecen el desarrollo de la IVC, como el sobrepeso, el sedentarismo, la mala alimentación o pasar mucho tiempo de pie o sentados. Por lo tanto junto al empleo de drenantes o medias de compresión para mitigar los síntomas, si mantenemos una serie de medidas y hábitos saludables de dieta, ejercicio y cuidado de nuestras piernas, estaremos más cerca de evitar complicaciones.

Consejos para mejorar la circulación de las piernas cuando hace calor:

1. No permanecer de pie, quieto o sentado largos periodos de tiempo.
Si debemos hacerlo por trabajo o viajes largos, trataremos de mover frecuentemente los pies y las piernas, levantándonos del asiento a menudo para caminar unos cuantos pasos.

2. Piernas arriba.
Para aquellas personas que trabajen sentadas con el ordenador, es conveniente utilizar un reposapiés. En las jornadas de calor, también es recomendable elevar las piernas al mediodía y al llegar a casa por la noche. Dormir con las extremidades inferiores elevadas unos quince centímetros resulta igualmente aconsejable.

3. Aplicar ligeros masajes en piernas y tobillos.
Mientras permanecemos tumbados, podemos realizar un masaje ascendente, desde los pies hacia la rodilla, con un gel frío.

4. Mejor ducha que baño.
Para activar la circulación alternaremos duchas no excesivamente calientes (38º como máximo) con chorros fríos en las piernas. Al finalizar, aplicaremos agua fría a las pantorrillas en sentido ascendente para aliviar la sensación de pesadez.

5. Hidratar bien la piel para mantenerla elástica.
Tras la ducha, resulta conveniente aplicar en las piernas una loción o crema hidratante, mediante suaves masajes, para favorecer la circulación de la sangre.

6. No usar ropa ceñida, sobre todo en verano.
Las prendas de vestir muy ajustadas pueden dificultar el retorno venoso desde las piernas al corazón. En su lugar, debemos recurrir a ropa holgada y que transpire bien, y a un calzado cómodo.

7. Evitar los ambientes demasiado calurosos.
Lo mejor es alejarse de toda fuente de calor, ya que éste estimula la dilatación de las venas y la aparición de varices.

8. Seguir una dieta equilibrada y rica en fibra.
Tanto el sobrepeso como el estreñimiento pueden afectar a la circulación. Para prevenirlos, es clave una dieta rica en fibra, frutas, verduras y cereales; reducir al mínimo el consumo de sal para retener menos líquidos; beber más agua y evitar el tabaco y el alcohol.

9. Realizar frecuentemente ejercicio físico moderado.
Las actividades que más benefician a la circulación de las piernas son la natación o el caminar. El baile, la gimnasia y la bici también pueden ser buenas alternativas.

10. Consultar con el farmacéutico el uso de medias de compresión junto con fitoterapia oral y/o tópica con funciones drenantes.
Utilizar medias de compresión, especialmente en las horas de actividad laboral o doméstica, contribuye a aproximar las paredes de las venas, lo que favorece que la sangre ascienda correctamente. En caso de retención de líquidos, un drenante ayudará a eliminarlos y, en consecuencia, a reducir la hinchazón en las piernas.

La gama de Cinfa, a través de Farmalastic, cuenta con una completa gama de artículos para aliviar las piernas cansadas, compuesta por varios tipos de medias de compresión (cortas, calcetín, largas y pantys), un gel frío y un complemento alimenticio drenante.

Si seguimos estos consejos durante todo el año, tendremos en estos meses de calor, una mejor calidad de vida que nos permita desarrollar todas nuestras actividades con mejor sintonía.