Que significa el número en tu protector solar

El Factor de Protección Solar (Spf) o Índice de Protección (IP), nos indica el número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente al eritema o enrojecimiento previo a la quemadura, por lo que nos está dando información sobre la protección frente al UVB.

La industria cosmética utiliza diferentes metodologías para determinar el Spf, por lo que, dependiendo de la procedencia de los cosméticos, podemos encontrar diferentes índices no comparables entre si:

  • FDA o americano, vigente en Estados Unidos.
  • DIN o alemán. Indice de protección cuyo valor es la mitad del valor anterior. Actualmente no se utiliza.
  • SAA o australiano, es un intermedio entre FDA y DIN. Se utiliza en el continente australiano.
  • COLIPA o método europeo, aceptado por casi todos los fabricantes de cosméticos europeos, aunque no de aplicación obligatoria. Es el más ampliamente utilizado en la actualidad.

 

TIPO DE FOTOPROTECTOR

 

FPS

 

Bajo

 

2-4-6

 

Medio

 

8-10-12

 

Alto

 

15-20-25

 

Muy alto

 

30-40-50

 

Ultra

 

50+

 

 

El término “pantalla total” o “sun block” se ha utilizado para indicar un Spf superior a 20, y protección frente a otras radiaciones pero, en realidad, se presta a confusión puesto que no garantiza una protección total frente a las radiaciones. La eficacia de los protectores se pierde por factores como el roce, el agua, el sudor… Por lo que hay que reponerlo cada 2 o 3 horas, o con más frecuencia si se usan factores bajos.

Además del Spf, aplicable a las radiaciones UVB, existen otros índices (longitud de onda crítica) que valoran la eficacia de protección frente a otras radiaciones como los infrarrojos y visible, responsables de los daños solares más profundos en la piel. Cuando se busque en un protector solar una eficacia “total” frente a todas las radiaciones, hay que tener en cuenta también sea efectivo en este tipo de protección.

La salud de tu piel empieza por la prevención.

Que el sol no oscurezca tu verano.

Radiación Solar

La radiación solar es el conjunto de radiaciones electromagnéticas emitidas  por el sol. La radiación solar se distribuye desde el Infrarrojo (IR) hasta el ultravioleta (UV). No toda la radiación solar alcanza la superficie de la tierra porque las ondas ultravioletas más cortas son absorbidas por los gases de la atmosfera fundamentalmente por el ozono. A medida que la capa de ozono se va destruyendo mayor cantidad de radiación solar nos llega a la tierra.

Aunque en nuestros días se nos presenta al sol como un ogro, y es verdad que es el responsable de muchas patologías de la piel, no todos sus efectos son negativos, también tiene efectos beneficiosos:

·         Mejora la respuesta muscular

·         Promueve la síntesis de vitamina D necesaria para calcificar los huesos.

·         En pequeñas dosis  mejora algunas patologías de la piel como la psoriasis, la atopía y el acné.

·         Estimula las terminaciones nerviosas

·         Aumenta la producción de glóbulos rojos y con ello el transporte de oxígeno.

·         Desde el punto de vista psicológico el sol produce una placentera sensación de calor y bienestar además de un favorecedor bronceado.

Pero hay que tener en cuenta que abusar del sol es peligroso.

¿Cómo afecta la radiación solar a la piel?

Los rayos UVB que los recibimos sobre todo en verano, afectan a la capa más superficial de la piel, la epidermis, y nos provocan efectos a corto plazo como las quemaduras  solares.

Los UVA actúan como un enemigo silencioso penetrando en nuestra piel sin que nos demos cuenta. Están presentes todos los días del año y alcanzan la capa más profunda de la piel, la dermis, donde pueden provocar daños graves a largo plazo como las manchas y alergias solares, alteración de las defensas de la piel, fotoenvejencimiento y incluso el cáncer cutáneo.

Los rayos IR llegan a las capas más profundas de la piel y por ello son los principales responsables del fotoenvejecimiento ya que degradan el colágenos y producen radicales libres que provocan daño del ADN celular.

La piel dispone de mecanismos naturales de  defensas frente al sol pero si la exposición es intensa estos mecanismos son insuficientes y es necesario protegerse con componentes que impidan que los rayos solares nos alcancen: ropa, gorros, gafas y fotoprotectores que bloquean los efectos nocivos del sol.

Todas las respuestas sobre protección solar

¿Sólo debo usar el protector solar si voy a la playa o la piscina?

No. Debería de usar una crema con protección siempre que se va a estar expuesto al sol. En la playa o la piscina exponemos todo el cuerpo, pero en actividades al aire libre como el senderismo, ciclismo, etc… también se exponen la cara, los brazos y las piernas, con riesgo de quemaduras si no uso protección, tanto en verano como invierno.

¿Si uso un protector solar a partir de spf 30, me quedaré con la piel blanca?

No. Usar un protector solar de alta protección es beneficioso para la piel, tanto en pieles oscuras como claras, pues no sólo previene las quemaduras solares sino también todo el daño que pueden producir los rayos solares. Si es verdad que la coloración morena de la piel se consigue más lentamente, pero de una forma más saludable y duradera.

¿Si me baño con un protector resistente al agua, tengo que volver a echarme al salir del agua?

Sí. Los protectores que indican que son wáter resistant o wáter proof duran más tiempo sobre la piel que otros que no tengan estas propiedades, con lo cual nos protegen del sol estando dentro del agua. Al salir, no sólo hemos perdido parte de la protección solar por efecto del agua, sino que si además nos secamos con la toalla, retiramos prácticamente la totalidad de la crema protectora.

¿Si me aplico el protector solar una vez al día es suficiente?

Depende. Por lo general hay que aplicar el protector solar media hora antes de la exposición solar, o sea en casa antes de ir a la playa, y reponerlo cada cierto tiempo según el grado de protección que tenga la crema. Protecciones altas nos permiten estar más tiempo sin quemarnos pero no eternamente. De forma general se recomienda reponer la crema solar cada dos o tres horas, y siempre que se sale del agua.

¿Me sirve el protector solar que no utilicé el año pasado?

No. De un año para el otro, los factores protectores que tienen las cremas se estropean, no asegurando así que protejan de forma eficaz. Además, se tiene que aplicar una capa generosa de protector solar para que proteja realmente, con lo que no debería de sobrar de un año para el otro.

¿Pueden usar mis hijos mi protector solar?

No. Los protectores solares de adultos son más agradables de aplicar pero contienen algunos componentes que no son adecuados para los niños. Un adulto sí puede usar un protector solar de adultos, pero no es conveniente que un niño uso uno de adultos. 

¿Por qué hay que protegerse del sol?

El sol emite diferentes tipos de radiaciones, concretamente, a la superficie de la tierra, llegan radiaciones denominadas: UVB, UVA, radiación Visible, Infrarrojos A, Infrarrojos B e Infrarrojos C, conociéndose que unas son absorbidas por nuestra piel en sus capas más superficiales y otras de estas radiaciones penetran hasta las capas más profundas de la piel.

Son estas radiaciones las que nos aportan a nuestro organismo diferentes funciones y beneficios, aunque en ocasiones también son las responsables de efectos negativos en nuestra salud.

Las UVB son las radiaciones de mayor energía pero penetran poco en la piel. Son responsables del eritema o enrojecimiento y desencadenan el proceso del verdadero bronceado.

Las UVA poseen menor energía, pero penetran más profundamente en la piel, son responsables de la aparición de la pigmentación inmediata, juegan un papel esencial en el desencadenamiento de las alergias solares, de las reacciones fototóxicas y a largo plazo del fotoenvejecimiento de la piel.

La exposición inadecuada al sol puede provocar insolaciones, quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel, alteraciones del sistema inmunitario, afecciones oculares y cáncer de piel. Para evitar estos efectos adversos se ha desarrollado un tipo especial de productos cosméticos, los protectores solares o fotoprotectores.

 Los efectos beneficiosos del sol sobre nuestra vida son muchos entre los que destacan:

  • La producción de calor,
  • el aumento del estado de ánimo y  la mejora  del humor (efecto psicoestimulante)
  • .Nos broncean y nos ayudan en la producción de determinadas vitaminas (como la vitamina D).
  • Son empleadas en muchas ocasiones con efectos terapéuticos como es el caso de utilización de la radiación ultravioleta en enfermedades de la piel como son la psoriasis y el vitíligo entre otras.

Y aunque es verdad que necesitamos de estas radiaciones en nuestro día a día, en ocasiones, si no nos protegemos correctamente del sol y sus radiaciones, pueden ocasionarnos efectos negativos a corto y largo plazo, como son:

  • La aparición de quemaduras solares.
  • Insolaciones. Fotosensibilidad a medicamentos.
  • Inducción a cáncer de piel.
  • Envejecimiento de la piel prematuro.
  • Alergias al sol, manifestándose con prurito o ronchitas tras la exposición al sol.

Cómo podemos prevenir los efectos negativos de las radiaciones solares, pues utilizando los fotoprotectores solares. Los fotoprotectores tópicos (usados sobre la piel) son algo más que un cosmético, y tienen como objetivo principal, prevenir los siguientes efectos adversos agudos y crónicos de una excesiva exposición solar:

Impedir el eritema solar, es decir, la quemadura en la piel que aparece tras la exposición al sol sin crema solar.

Retrasar el fotoenvejecimiento, es decir, retrasar el envejecimiento prematuro y acelerado de la piel, reducir el riesgo de aparición de carcinomas (cáncer de piel de tipo maligno) y posiblemente también de melanomas (un tipo de cáncer cutáneo).

Hay también  medidas físicas para prevenir el efecto de las radiaciones solares son:

Empleo de gorras, sombreros, pañuelos para cubrir nuestra cabeza y la de nuestros niños.

  • Utilizar camisetas, y ropa que impida la radiación directa sobre nuestra piel.
  • Llevar siempre gafas de sol, que protejan nuestros ojos de la luz solar.
  • Beber abundantes líquidos, preferiblemente agua.
  • Utilizar sombrillas o paraguas en la playa, montaña, piscina e incluso para andar por la calle.
  • Buscar sombras y evitar la exposición al sol directa en determinadas horas como es el espacio de tiempo comprendido entre las 12 de la mañana y las 16 de la tarde.

Con todo esto tomar el sol será mucho más agradable y sobre todo más saludable para nuestra salud.