Radiación Solar

La radiación solar es el conjunto de radiaciones electromagnéticas emitidas  por el sol. La radiación solar se distribuye desde el Infrarrojo (IR) hasta el ultravioleta (UV). No toda la radiación solar alcanza la superficie de la tierra porque las ondas ultravioletas más cortas son absorbidas por los gases de la atmosfera fundamentalmente por el ozono. A medida que la capa de ozono se va destruyendo mayor cantidad de radiación solar nos llega a la tierra.

Aunque en nuestros días se nos presenta al sol como un ogro, y es verdad que es el responsable de muchas patologías de la piel, no todos sus efectos son negativos, también tiene efectos beneficiosos:

·         Mejora la respuesta muscular

·         Promueve la síntesis de vitamina D necesaria para calcificar los huesos.

·         En pequeñas dosis  mejora algunas patologías de la piel como la psoriasis, la atopía y el acné.

·         Estimula las terminaciones nerviosas

·         Aumenta la producción de glóbulos rojos y con ello el transporte de oxígeno.

·         Desde el punto de vista psicológico el sol produce una placentera sensación de calor y bienestar además de un favorecedor bronceado.

Pero hay que tener en cuenta que abusar del sol es peligroso.

¿Cómo afecta la radiación solar a la piel?

Los rayos UVB que los recibimos sobre todo en verano, afectan a la capa más superficial de la piel, la epidermis, y nos provocan efectos a corto plazo como las quemaduras  solares.

Los UVA actúan como un enemigo silencioso penetrando en nuestra piel sin que nos demos cuenta. Están presentes todos los días del año y alcanzan la capa más profunda de la piel, la dermis, donde pueden provocar daños graves a largo plazo como las manchas y alergias solares, alteración de las defensas de la piel, fotoenvejencimiento y incluso el cáncer cutáneo.

Los rayos IR llegan a las capas más profundas de la piel y por ello son los principales responsables del fotoenvejecimiento ya que degradan el colágenos y producen radicales libres que provocan daño del ADN celular.

La piel dispone de mecanismos naturales de  defensas frente al sol pero si la exposición es intensa estos mecanismos son insuficientes y es necesario protegerse con componentes que impidan que los rayos solares nos alcancen: ropa, gorros, gafas y fotoprotectores que bloquean los efectos nocivos del sol.

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