Agua para estar sanos

– ¿Bebe usted dos litros de agua al día?

– ¡Dos litros, qué barbaridad!”

Comentarios como estos recibimos a diario, y lo único que se me ocurre contestar es que la barbaridad es no beber nada de agua. Considerando que nuestros cuerpos son casi 2/3 agua, entender el papel tan importante del agua en el cuerpo puede ser fundamental para gozar de buena salud. El agua ayuda a casi todas las funciones del cuerpo humano. Enumerarlas todas sería interminable, pero si podemos destacar las más importantes:

  • El cerebro es 75% agua: una deshidratación moderada puede causar dolor de cabeza y mareo.
  • Se necesita agua para respirar pues humedece el oxígeno
  • El agua controla la temperatura del cuerpo
  • La sangre es 92% agua y transporta nutrientes y oxígeno a todas las células
  • El agua protege y amortigua órganos vitales y las articulaciones
  • El agua ayuda a absorber los nutrientes y convertirlos en energía
  • El agua limpia nuestros riñones de substancias tóxicas y se deshace de los desperdicios
  • Los huesos son 22% agua y los músculos son 75% agua
  • El agua balancea nuestros electrolitos, que nos ayudan a controlar la presión sanguínea.
  • El agua humedece nuestros ojos, boca y pasajes nasales.

Beber agua suficiente puede mejorar tu salud y bienestar pues una apropiada hidratación mejora la concentración y tiempo de reacción, especialmente durante los ejercicios,  aumenta el número de calorías que se quema durante las actividades diarias. Beber 8 vasos al día de agua puede ayudar a protegerse contra una gran variedad de enfermedades tales como resfriados, cálculos en los riñones, cáncer de mama, cáncer de colon y cáncer del tracto urinario. También puede mejorar tu aspecto pues una piel hidratada está más tersa, más pulida, más suave y más libre de arrugas. Incluso puede ayudar a perder peso ayudándonos a disminuir las ganas de comer llenado nuestro estomago con agua.

Mantenernos hidratados sólo puede aportarnos ventajas: un vaso de agua en desayuno, media mañana, comida, merienda, cena y antes de dormir son ya litro y medio del precioso líquido. Al final no es tan difícil, y a medida que nos vamos acostumbrando a beber más agua, el propio cuerpo es el que la pide mediante la sed.

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