Más vale prevenir que curar. Una buena higiene bucal es la mejor forma de prevenir la aparición de enfermedades de dientes y encías.
Cepíllate cuidadosamente los dientes después de cada comida, durante al menos dos minutos cada vez. No te olvides de la lengua y las encías.
Utiliza un cepillo de filamentos firmes y suaves, pasta con flúor, hilo dental y colutorios.
Es muy importante limpiar los espacios entre los dientes a diario, ya que suponen hasta el 40% de la superficie de los dientes.
Cambia tu cepillo cada 3 meses, o el cabezal, si eres usuario de cepillos eléctricos.
No fumes.
No abuses de los alimentos dulces y evita los refrescos carbonatados. Mucho contienen ácidos que pueden dañar el esmalte dental.
Acude a tu dentista 2 veces al año: una visita para la revisión y otra para la limpieza de boca profesional. Los niños deben realizar su primera visita al dentista alrededor de los 3 años, cuando hayan salido todos los dientes de leche.
Pregunta a tu farmacéutico qué productos te pueden ayudar a mantener tu boca sana.
Durante el embarazo existe mayor riesgo de caries y enfermedades de las encías. Si estás embarazada o piensas quedarte embarazada, cuida tu boca y acude a tu dentista.
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