Cuidado con el exceso de calor

¿Cómo afecta el calor a nuestra salud?

 Nuestro organismo está compuesto de un 60% de agua. La pérdida de agua y sales minerales por el sudor, si no se repone, produce síntomas como dolor de cabeza, mareos, debilidad muscular o calambres, náuseas y vómitos e incluso pequeñas elevaciones de la temperatura corporal.

Los días de calor intenso obligan al cuerpo humano a un esfuerzo de adaptación para mantener la temperatura corporal normal: se suda más, nuestras venas se dilatan…

¿Qué podemos hacer para protegernos?

Beber  mucha agua o líquidos sin esperar a tener sed. Evitar las bebidas alcohólicas, café, té o cola y las muy azucaradas.

En los días de intenso calor permanecer  en lugares frescos, a la sombra y si es posible pase al menos dos horas en algún lugar climatizado. Tome una ducha o un baño fresco.

Hacer comidas ligeras que te ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, gazpachos o zumos).

Si tiene que permanecer en el exterior procurar  estar a la sombra, usar  ropa ligera y de color claro, protegerse del sol, usar sombrero. Utilizar un calzado fresco, cómodo y que transpire.

El calor no afecta a todas las personas por igual, algunas tienen más riesgo:

·        Las personas mayores, sobre todo las que viven solas o son dependientes.

·        Personas que están enfermas.

·        Niños menores de 4 años. . Asegúrese de que beben mucho líquido, vístalos con ropa clara y ligera y no los deje nunca solos en automóviles al sol o con las ventanas cerradas.

·        Personas con mucho peso.

Las principales medidas de prevención para que puedas disfrutar del sol durante el verano:

1. Nunca expongas a los bebés y niños menores de cuatro años directamente al sol. Su piel es más fina e inmadura que la de los adultos y el riesgo de efectos negativos del sol es mayor (quemaduras, golpes de calor, insolaciones…).

2. Evita el sol en las horas centrales del día, entre las 12.00 y las 16.00 horas. Durante este tiempo el sol golpea con más fuerza y tu bebé podría sufrir un golpe de calor o una insolación.

3. Utiliza gafas de sol para proteger sus ojos de las radiaciones solares. Las lentes deben estar homologadas y los cristales filtrar al menos el 90% de los rayos UVA y UVB.

4. Aplica crema de protección solar adecuada a la edad y a las características del bebé o niño o adulto. Es muy importante incidir en las zonas más sensibles de su piel, por ejemplo nariz, nuca, orejas… Utiliza un factor de protección alto (30, 40 o pantalla total) y al menos, superior a 15. Los expertos además recomiendan probarla unos días antes para descartar posibles alergias en la piel de los bebés. Extiéndela media hora antes de la exposición al sol y repite la operación cada 2 o 3 horas.  Si estás en una zona de baño conviene que la crema de protección también sea resistente al agua.

Vive el verano de una manera sana y saludable.

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