Piel morena sin riesgo

Erase una vez…  Así se contaban los cuentos cuando darse un autobronceador era un premio seguro al más naranja de mis amigos. Además como se llevaba el moreno doré de algunas famosas como Victoria Beckam, yo venga a darme autobronceador y en vez de morena, naranja que te quiero naranja.

Esto ocurría en la década de los 90 pero hoy en día las cosas han cambiado. Para empezar no se llevan los morenos fuertes ni los maquillajes doré, sino mas bien maquillajes claros tonos tenues de moreno que sugieran una leve brisa marina, y por otra parte también han cambiado los productos autobronceadores.

El responsable de la coloración sigue siendo el mismo, la dihidroxiacetona (DHA para los amigos) que es una sustancia derivada de la caña de azúcar que da la coloración a la piel.

Su gran ventaja es que es totalmente natural y no tiene ningún efecto secundario, a diferencia de los rayos UV que son dañinos para la piel. Es decir que puedes lograr un tono bronceado sin quemaduras o riesgo de cáncer de piel.

Lo que no ha cambiado en estos años es como aplicarlos. Es fundamental tener en cuenta los tres requisitos imprescindibles de la piel  para aplicar un autobronceador:

1.       La piel tiene que estar limpia

2.       La piel tiene que estar libre de impurezas y células muertas

3.       La piel tiene que estar seca para que la crema no se mezcle con el agua y se aplique bien

Es una opción muy buena ahora que empieza el verano y estamos todavía blanquitas, para matizar el blanco nuclear del invierno, o para lucir colorcito en bodas y comuniones.

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