Síndrome postvacacional
Volvemos de vacaciones a la rutina laboral diaria y descubrimos a nuestro pesar que nuestro humor se vuelve agrio, todo nos resulta pesado y desagradable produciéndonos una profunda infelicidad. ¡Con lo bien que estábamos durante las vacaciones!
Esto no es más que el síndrome postvacacional, que aunque no es considerado una enfermedad propiamente dicho, si es un problema que afecta cada vez a más personas. Hace unos años, prácticamente era desconocida su existencia, lo cual no quiere decir que hubiera personas que lo estuvieran padeciendo.
Es un proceso de adaptación necesario cuando se entra de nuevo en contacto con la vida laboral, que en algunos casos fracasa y puede desarrollar una depresión permanente.
¿Cómo saber si se sufre el síndrome postvacacional?
- debilidad generalizada
- astenia
- insomnio
- somnolencia a lo largo del día
- capacidad de concentración limitada
- baja tolerancia al trabajo: sensación de desidia y hastío
- sensación de angustia vital que puede llevar a incapacidad de tomar cualquier decisión
- agresividad
- depresión
- Las relaciones con los demás pueden deteriorarse.
Existen algunas situaciones o estados que predisponen a padecer este síndrome:
Vacaciones largas, agotadoras o durante las que no se descansa adecuadamente.
Adaptación insuficiente al ámbito laboral, presente incluso antes de las vacaciones. Falta de motivación laboral.
¿Cómo evitarlo?
- Programa tu regreso con tiempo: no cometas el error de regresar de tus vacaciones el día anterior a tu vuelta al trabajo.
- Aborda tus actividades laborales progresivamente: primero lo más urgente y lo más agradable.
- Respeta las horas de sueño: evita la siesta y mejora el sueño nocturno.
- Modera el consumo de alcohol y cafeína
- Haz deporte: relaja y desestresa, además de ser bueno para la salud.
- Corta con los pensamientos recurrentes: con una vez, basta y sobra.
- Organiza tu tiempo y diviértete: hay un tiempo para trabajar y un tiempo para divertirse, no sólo en vacaciones.
- Pon límites y aprende a decir “no”: con organización se puede hacer todo, no hace falta que se haga todo inmediatamente.
- Fíjate en lo positivo: en todas las cosas existe algo positivo, una sonrisa, una broma, un bonito día… sólo tienes que mirar para verlo.
- Ten paciencia. El síndrome postvacacional es pasajero.
Si a pesar de todo lo anterior se presenta este problema, la ayuda de un especialista puede ser muy importante. Aportará la ayuda necesaria, que en ocasiones podrá ser farmacológica, sobre todo si se presentan problemas de ansiedad o de insomnio. En otros momentos podrá ser recomendable el empleo de antidepresivos.
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