Que el ictus no te pare
El “Día Mundial del Ictus” se celebra hoy 29 de Octubre, con el propósito de mejorar la prevención de una patología que representa la tercera causa de muerte en el mundo occidental, y con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre la gravedad del infarto cerebral.
Un accidente vascular cerebral o “ictus” es lo que ocurre cuando al cerebro le falta riego sanguíneo. Gran parte de los ictus están causado por un bloqueo abrupto de las arterias cerebrales.
El Ictus es una enfermedad que afecta ya a una de cada seis personas y es la primera causa de muerte en la mujer. Para intentar evitarlo es aconsejable llevar una vida saludable y acudir al médico ante los primeros síntomas, ya que la atención urgente es vital.
Es fundamental reconocer los síntomas de un Ictus (pérdida de fuerza o visión, dificultades de expresión y dolor de cabeza intenso de inicio brusco), ya que las primeras horas son fundamentales para su buen pronóstico.
Uno de cada seis españoles va a sufrir un ictus a lo largo de su vida, pero, a pesar de la alta frecuencia de este episodio muchas personas aún no saben qué es y cuáles son sus causas.
El ictus son un conjunto de enfermedades que afectan a los vasos sanguíneos que suministran la sangre al cerebro. Este grupo de patologías, conocidas popularmente como embolias, también se denominan accidentes cerebro vasculares (ACV) y se manifiestan súbitamente. El ictus es el equivalente a un infarto de corazón, pero en el cerebro.
Existen dos tipos principales de ictus. Son los ictus hemorrágicos o hemorragias cerebrales, que se producen cuando un vaso sanguíneo (vena o arteria) se rompe, y los ictus isquémicos o infartos cerebrales, que ocurren cuando una arteria se obstruye por la presencia de un coágulo de sangre. A menudo, este trombo se origina en el corazón y se desplaza hasta el cerebro, donde interrumpe el flujo sanguíneo. Cuando se sufre un ictus, el daño cerebral adquirido puede ser irreparable y dejar secuelas graves, que repercutan de forma notable en la calidad de vida de los afectados. Después de un ictus, sólo un tercio de los pacientes se recupera totalmente, otro tercio queda con secuelas y otro tercio fallece. Además, el 25% de las personas que padecen un ictus mueren durante los 30 días siguientes.
En la actualidad, es la primera causa de discapacidad grave en el adulto (tanto física como intelectual) y de dependencia; la segunda causa de muerte en España y la primera en la mujer española.
La detección precoz del ictus es fundamental para diagnosticar qué tipo de accidente cerebro vascular es y suministrar el tratamiento adecuado lo antes posible. De esta manera se puede reducir al máximo sus secuelas y la mortalidad de las personas afectadas.
Las seis señales de alarma del ictus son las siguientes:
Pérdida de fuerza en la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo, de inicio brusco.
Trastornos de la sensibilidad, sensación de “acorchamiento u hormigueo” de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo, de inicio brusco.
Pérdida súbita de la visión parcial o total, en uno o ambos ojos.
Alteración repentina del habla, dificultad para expresarse, lenguaje que nos cuesta articular y ser entendido por quien lo escucha.
Dolor de cabeza de inicio súbito, de intensidad inhabitual y sin causa aparente.
Sensación de vértigo intenso, inestabilidad, desequilibrio o caídas bruscas inexplicadas, si se acompañan de cualquiera de los síntomas descritos con anterioridad.
Actualmente, este trastorno es más común a edades más avanzadas. El 75% de los ictus ocurren en personas de más de 65 años. Se estima que, en el 2050, España tendrá una de las poblaciones más envejecidas del mundo, por lo que se prevé que el impacto demográfico, sanitario y social del ictus aumente en las próximas décadas.
No obstante, el ictus no sólo afecta a los sectores más envejecidos de la población. Cada vez se registran más casos entre adultos jóvenes, debido a los hábitos de vida incorrectos e insanos que adoptan. Hoy, entre el 15% y el 20% de estos ACV afectan a individuos de menos de 45 años.
Si se controlan los factores de riesgo se puede evitar hasta el 80% de los casos de ictus.
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