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Los especialistas aseguran que la renovación del pelo es un proceso normal en esta época

Como las hojas de los árboles, o el pelaje de los animales, el cabello humano también se cae con la llegada del otoño. Forma parte de nuestra herencia como animales mamíferos que un día fuimos, y los especialistas insisten en que es un proceso normal de renovación del pelo, que vuelve a nacer transcurridos unos meses. Hay épocas del año en las que el pelo se recambia más que en otras, en el caso de los humanos esta ‘muda’ es progresiva.

De cada 100 pelos que tenemos, siempre hay un 12-15% en fase de recambio, de manera que tardamos alrededor de cuatro años en renovar completamente la cabellera.
Nuestro cráneo se irá repoblando de manera aleatoria durante toda la vida; aunque no inmediata: los pelos tardan unos tres meses desde que mueren hasta que se caen definitivamente (y los vemos en la almohada o en el lavabo).

Por eso, que esta pérdida sea más evidente en otoño tiene que ver con el ciclo de nacimiento y crecimiento del pelo. En general, el pelo muere en primavera, aunque suele tardar tres meses en caerse, y no hay que olvidar que si un pelo muere es porque hay otro detrás empujando para nacer. En los últimos años, coincidiendo con el cambio climático, sí se ha visto cómo la muda se adelanta un poco, a los meses de agosto-septiembre.

Los especialistas insisten en que casi todos los cabellos que se caen en otoño se recuperan y reaparecerán al cabo de tres o cuatro meses.

En las mujeres la caída del pelo parece mucho más exagerada que en los hombres, los dermatólogos aclaran que el fenómeno es idéntico para los dos sexos pero en lo que ocurre es que el cabello largo se ve más cuando se cae.

Recordemos que no es cuestión de cepillar el pelo con cuidado o evitar peinados tirantes en el caso de las mujeres, como recomiendan algunas páginas de estética, hay que tener en cuenta que la raíz del pelo está a medio centímetro de profundidad por debajo de la piel. Los cabellos que logramos arrancarnos fácilmente es porque están en fase de renovación, ya medio sueltos (de la misma manera que lavarse el pelo a menudo no está relacionado con la calvicie, sino con la higiene). Una desmitificación que se puede aplicar también al famoso mito de las canas (‘si te arrancas una te saldrán siete nuevas’).